lunes, 11 de agosto de 2008

A veces me pregunto que tan fácil seria desaparecer en la inmensidad, como los besos que no se dieron nunca.

Parecerme al absoluto aire, que se enaltece como dormido en una cuna de estrellas y dejar de volar con alas rotas.

No quisiera parecerme al reflejo que observo tras la ventana, me indigna pensar que alguna vez fue tuyo.

No entiendo, ni me molesto en comprender, si aún dormida en mitad de esta nada, se puede seguir soñando.

Asiento con mi cabeza llevándola en péndulo infinito por los desiertos de mi congruencia. y me pierdo sin caminos que me lleven a la salvación.

Me voy.

Me marcho.

No quiero que nadie pregunte por mí cuando me haya ido.

Me rindo ante este oleaje.

Total, ya no importa.

2 comentarios:

Xerenor dijo...

Ey, yo no quiero que te vayas!!!! que ya está Córdoba demasiado lejos de Madrid como para tener que ir a verte a otro lado!!!!!

: - )

Edalie dijo...

jo niña qu post más triste...Jo tampoco quiero que te vayas, en fin ya me contarás que te ha pasado y juntas maldeciremos al mundo, porque yo no me quedo atrás...

¡Besitos!