jueves, 2 de agosto de 2007

La alimentación: una cuestión de peso



Durante la Conferencia Internacional de Economistas Agrícolas celebrado en Australia, un estudio de la Universidad de Carolina del Norte sacó a la luz datos estremecedores:

1.000 millones de personas padecen sobrepeso u obesidad en el planeta, mientras que 850 millones sufren desnutrición.

Ésto viene a decir que de los 6.500 millones de habitantes que convivimos en la tierra, uno de cada seis pesa más de lo que debiera. Así, las consecuencias de esta acumulación excesiva de grasa en el cuerpo pueden desembocar en afecciones cardíacas, diabetes de tipo 2, hipertensión arterial, ictus e incluso algunas formas de cáncer, entre otras complicaciones. Sin embargo, no podemos echarle la culpa enteramente a la comida, ya que los especialistas diferencian entre obesidad exógena (provocada por la masiva ingesta de alimentos) y la obesidad endógena (causada por alteraciones metabólicas). Sea por el motivo que sea, un informe de la Comisión Europea concluye que en Europa se destina el 7% del gasto sanitario a tratar la obesidad y las previsiones afirman que, si el problema sigue acrecentándose, habrá serias dificultades para asumir el gasto sanitario.

Según el Ministerio de Sanidad, un 52% de la población adulta española sufre este problema frente a un 40% de niños y jóvenes entre 2 y 20 años. El porcentaje, aunque menor, es sumamente preocupante, ya que cada vez más niños son atendidos por problemas de diabetes o colesterol. Además, se estima que la obesidad causa en España cerca de 30.000 muertes prematuras al año. Por ello, la Organización Mundial de la Salud, califica la obesidad como una "epidemia" y uno de los mayores desafíos de la sanidad pública del siglo XXI y estima, que si no se pone remedio, en el año 2010, habrá 150 millones de adultos y 15 millones de niños obesos.
En el otro lado de la balanza, la ONU estima que más de 2 millones de personas mueren de hambre al día (más que por la malaria, el sida y la tuberculosis juntos).

UNICEF calcula que la desnutrición mata 13 millones de niños al año, es decir 36.000 niños al día. De los cuales 6 millones de niños son menores de 5 años, una cifra equivalente a toda la población infantil menor de cinco años de Japón, o de Francia e Italia juntas, según datos de la FAO.

La ONU estima que el mundo puede producir comida suficiente para alimentar diariamente a 12.000 millones de personas, el doble de la población mundial.

Por ello, en el año 1996, líderes de 186 países participaron en la Cumbre Mundial de la Alimentación en la sede central de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). En ella, se pusieron las bases para alcanzar la seguridad alimentaria mundial bajo el lema: "Alimentos para todos" (
http://www.fao.org/docrep/003/w3613s/w3613s00.htm), cuyo objetivo era reducir el número de personas desnutridas (850 millones) a la mitad para el año 2015. Es decir, llegar a un máximo de 420 millones (que ya es decir), disminuyendo 31 millones cada año. Sin embargo, los hambrientos aumentan cuatro millones al año.

Vivimos en un mundo lleno de contrastes, unos se mueren por culpa del sobrepeso y otros por culpa del hambre. Los porcentajes son de vértigo y parece que no tienen intención de disminuir. Las dos caras de una misma moneda.

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