martes, 15 de abril de 2008

Matar al mensajero


"Toma un círculo, acarícialo y se convertirá en un círculo vicioso"
La cantante calva.

La primera vez que tomé entre mis manos este libro, referente de uno de los padres del teatro del absurdo, me impresionó. Recuerdo esa extraña sensación de vacío que produjo impasible en mi interior. Lo absurdo es lo temidamente real, pensé. No estamos tan lejos de aquel simbolismo dramático abnegado a la inherencia del vacío existencialista.
El círculo vicioso existe, y seguimos aferrándonos a él como medio de supervivencia pasiva referencial. Desde que llegamos al mundo envueltos en un halo de inocencia nos enseñan que la forma de vida que más se ajusta a este mundo (a pesar de considerarnos en la cúspide de la evolución darwineana) sigue siendo la misma que la que rigue el dominio animal salvaje: La Ley del más fuerte.
Ésta ley, se caracteriza por la ferviente imperatividad del deseo de elevarnos en una especie de púlpito social, medido por la cantidad de individuos que somos capaces de aplastar en el camino. Nos adoctrinan para ello. Desarrollamos una conciencia paralela cuya máxima siempre será ser el mejor, lo cual no implica necesariamente ser mejor persona.

El absurdo nació de la necesidad de mostrar al mundo que el ser humano tiene capacidad para hablar, pero no para comunicarse. La palabra carece de sentido sometida al ridículo del existencialismo humano. Y tiene razón, nuestro círculo vicioso se configura en torno a esos ejes: alcanzar la cúspide del triunfo social e inventarnos millones de excusas capaces de hacer creer a los demás, e incluso a nosotros mismos, que somos unos santos.
En medio de esa vorágine ocurre lo inevitable: las palabras se desgastan y pierden valor. Yo siempre digo que los hechos tienen más peso que cualquier palabra pronunciable. Comunicarse es una cualidad propia del ser vivo. Comunicarse para transmitir la realidad interior de cada uno. ¡Cuántas veces habremos dicho te quiero o te odio sin sentirlo! ¿Bastarían los números infinitos para contar las veces que la humanidad ha mentido ocultándose en retórica demagógica? Todo empieza y acaba donde partió.
Seguimos acariciando el círculo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Imagino que es muy complicado ser uno mismo, comunicar lo que realmente sientes y no lo que te gustaría sentir. Como me gustaría incluirme dentro de ese tipo de personas pero por ahora tendré que seguir entrenando, por que no es fácil. Salud@s.

siyus dijo...

Te doy toda la razón. Normalmente lo que sentimos entra en contradicción con lo que desearíamos sentir. Y es que el ser humano es una pura contradicción ¿no crees? Somos rudimentarios y a la vez extremadamente complicados. Es lo que ha llevado a miles de expertos (como Freud) a rellenar multitud de libros intentando dar respuesta a la inmensidad de la mente humana y al comportamiento propio. Gracias por compartir tus pensamientos conmigo, para mí es como un pequeño gran regalo.
Besos.

Anónimo dijo...

Lo malo que tenemos es que nos sociabilizamos, es decir, desde que nacemos, por desgracia, interactuamos con lo que hay, con todo lo que nos rodea, con lo preestablecido y el porcentaje de lo auténtico es bastante bajo. Nos "empapamos" de una sociedad en la que nos han puesto sin darnos la opción de elegir. ¿Cómo puede ser alguien auténtico si siempre le guiarán por un camino, por un estilo de vida, por un "esto es bueno y esto es malo". Al final sólo me queda pensar que para ser auténtico el mejor camino es ser buena persona, querer, amar, luchar por lo que te importa sin fastidiar al prójimo en esa lucha y dar todo aunque nadie te devuelva nada.

Siento el tocho, pero es tarde, con la luz de la mesita de noche, un poquilo de música de fondoL...asi que era mi momento filosófico y tu blog el mejor rinconcito para inmortalizarlo.

P.D. Espero que tu trabajo saliera bien!

Anónimo dijo...

Alomejor no soy quién para dar mi opinión puesto que no soy persona de grandes sentimientos quizás eso es lo que hace a alguien diferente o quizás lo hace extaño pero al leer esto creo que teneís parte de razón en que el ser humano es una pura contradicción, pero creo que la pregunta sería ¿la vida en sí no es una contradacción? todo esta estudiado o comprobado, pero alguien debería estudiar las contradicciones de la vida que a veces son más que la de las personas humanas.Perdonar si no estaba invitado a estas opiniones pero solo queria dar la mía.saludos