viernes, 14 de marzo de 2008

Reflexiones (III)

La arena se escapa entre mis dedos como el último aliento del que sabe que se va.
Prefiero quedarme quieta, sin pensar...

Hace tiempo que sé, que todo lo que merece la pena vivir, a veces, no debe ser contado.

Y sin querer más lo tengo todo.

Me dejo huir de mí misma sin rencores inteligentes.

No hay alma sin conciencia
pero el ser es inconsciente por naturaleza...

Entonces pienso, me relajo.

El tiempo me dejó su herencia grabada en una piel de serpiente.

¿He de quedarme o de irme?

El silencio pesa sin pesar como una sombra arrugando mi espalda.

No sé si estoy aquí, o tan lejos del olvido, que no puedo recordar.

Me encuentro en las canciones pero me pierdo en las sonrisas.

Como un niño al que se le olvidó jugar, me quito la máscara y descubro que ya no hay nada que me resulte familiar.

Se necesitan muchas manos para tapar el cielo, sin embargo, te toco y me estremezco.

Podría hacerte real con sólo imaginarlo con los ojos cerrados.

No hay palabras etéreas en este corazón, pero te las digo cada vez que cayo.

Y callándome no digo lo que vivo,

sino lo que estoy pensando...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha dejado un poco rayada el texto, pero esta way.

Pasalo bien esta semana santa,Nos vemos a la vuelta!Bxtos!!!

Anónimo dijo...

Muy bonito Eli, como siempre. En ocasiones pienso si lo que escribes es una reflexión a nivel personal o una reflexión a nivel general, no se si me explico pero bueno. Si que es verdad que en ocasiones, por no decir siempre, sería genial ponerte la careta de niño y no quitártela nunca. Ahora que ya somos "mayores" añoro aquella época en la que no tenías una percepción del tiempo como ahora, ni de responsabilidades. Pensabas y hacias, soñabas y jugabas...y el resto...el resto eran cosas de mayores... Un beso muy fuerte Eli y un saludo a tod@s.